Las medusas o aguamalas son organismos pertenecinetes al filo Cnidaria; son pelágicos, de cuerpo gelatinoso, con forma de campana de la que cuelga un manubrio tubular, con la boca en su extremo inferior, a veces prolongado por largos tentáculos cargados con células urticantes llamados cnidoblastos. Se caracterizan por su movilidad, variabilidad y su mesoglea gruesa. Las medusas aparecieron hace unos 500 millones de años.[1]
Para desplazarse por el agua se impulsa por contracciones rítmicas de todo su cuerpo; toma agua, que ingresa en su cavidad gastrovascular y la expulsa, usándola como "propulsor".
El concepto de medusa no es taxonómico sino morfológico. Muchos cnidarios tienen una alternancia de generaciones, con pólipos sésiles que se reproducen asexualmente y medusas pelágicas que llevan a cabo la reproducción sexual. Solo los antozoos carecen de forma medusa; las otras tres clases de cnidarios (hidrozoos, escifozoos y cubozoos) poseen forma pólipo y forma medusa; dichas medusas presentan características distintivas en las tres clases, de modo que se puede hablar de hidromedusas, escifomedusas y cubomedusas respectivamente.
Morfología
Las medusas tienen forma de campana o sombrilla. La zona aboral (el polo opuesto a la boca, véase simetría radial) es convexa y se denomina exumbrela y la zona oral, cóncava, subumbrela. De ésta cuelga el manubrio, en el extremo del cual se abre la boca. Del borde de la exumbrela cuelgan varios tentáculos provistos de numerosos cnidocitos, las células urticantes típicas de los cnidarios.
En las medusas, a diferencia de los pólipos, la mesoglea es típicamente muy gruesa; suele ser gelatinosa, pero puede alcanzar consistencia cartilaginosa en algunas especies.
La cavidad gastrovascular posee un estómago central del que parten bolsas gástricas o diversos canales radiales, que pueden continuarse dentro de los tentáculos; de este modo, los nutrientes pueden distribuirse con mayor facilidad por todo el cuerpo.
Irritación que provocan las medusas
El Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (web oficial), dependiente del CSIC ofrece los siguientes consejos ante el contacto con una medusa común:
-No frotar la zona afectada ni con arena ni con la toalla
-No limpiar la zona de la picadura con agua dulce, usar siempre agua salada
-Aplicar frío sobre la zona afectada durante 15 minutos usando una bolsa de plástico que contenga hielo
-Nunca aplicar hielo directamente a no ser que sea de agua marina. Si el dolor persiste conviene aplicar de nuevo la bolsa de hielo durante otro cuarto de hora
-Extraer cualquier resto de tentáculo que permanezca adherido a la piel, usando guantes
-Si el estado de la víctima empeora progresivamente y se detectan complicaciones respiratorias, convulsiones o alteraciones cardíacas, ha de ser llevada inmediatamente al hospital para que le traten de estas afecciones
Las personas que han sido picadas una vez están sensibilizadas, con lo que una segunda picadura puede producir una reacción más severa. Se recomienda además identificar la especie de medusa que ha ocasionado la picadura y aplicar el tratamiento médico correspondiente, que puede ser éste una solución saturada de sulfato de magnesio en una solución de cloruro sódico, en el caso de la medusa Pelagia noctiluca; una solución acuosa concentrada 1:1 de bicarbonato sódico, para la Chrysaora hysoscella; una solución saturada de sulfato magnésico en una solución de cloruro sódico, para la Rhizostoma pulmo y la Cotylorhiza tuberculata; y un chorrito de vinagre, para la Physalia physalis y la Chironex fleckeri. Todos estos tipos de medusas son fácilmente identificables si el personal de los puestos de socorro de playa está cualificado y cuenta con medios suficientes.
Algunos tipos de medusa
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