
Estar desnudo es símbolo de transparencia, de libertad. El cuerpo  percibe sensaciones que la ropa anula. La leve brisa que se está levantando, me  está acariciando plenamente", así resume Pablo Ursomarso, manager de Águila  Blanca, las bondades y placeres que despertó el nudo-naturismo en su  vida.
Y en Córdoba, esta práctica parece estar en plena expansión, ya que  en diciembre se inauguró el segundo proyecto de este tipo, el primero fue la  Reserva Naturista Yatán Rumi (piedra desnuda, en quichua). Este nuevo reducto  para practicar el nudismo está ubicado en el acceso al Valle de Calamuchita, a  pocos kilómetros de Villa Ciudad América.
Según la Federación Naturista  Internacional, el nudismo es un modo de vida que busca estar en armonía con la  naturaleza, caracterizado por la práctica del desnudo en comunidad, con la  intención de fomentar el respeto por sí mismo, respeto por los otros y por el  medio ambiente.
Allí, la ropa no cuenta y "las personas valen por lo que  realmente son, no por el auto o la casa que tienen, aquí todos somos iguales y  eso es algo magnífico", dice Pablo al recibir a Clarín.
Es casi el  mediodía, el sol rebota con fuerza. Los residentes sólo visten ojotas. "Las  usamos para evitar alguna espina perdida", acotan. A metros, en la casa se ven  los primeros movimientos del día, ya que "anoche cenamos y bailamos hasta  tarde", dicen Silvia C (49) y Alberto B (51), un matrimonio mendocino que  practica nudismo hace un año, por curiosidad, y que el próximo verano vendrá con  sus hijos.
Tímidamente, comienzan a encenderse las primeras brasas de la  parrilla, el almuerzo será pollo a la cerveza. Varias parejas disfrutan del día  en la pileta. Maximiliano F (31) de Pilar, Buenos Aires, cuenta su primera  experiencia: "Al principio fue un poco difícil, hace dos años me animé. Todo  depende de la gente que te rodea. Aquí el clima es bárbaro y los grupos que se  conforman hacen todo más fácil".
Si bien no existe un reglamento  estampado en la pared, las "normas" estás internalizadas en el grupo. "Por sobre  todas las cosas se promueve el respeto entre nosotros y por quienes ingresan",  asegura Aldo (78), el mayor de todos los presentes. Cuando se lo consultas sobre  sus inicios en el nudismo, contesta con gracia e ironía: "Empecé apenas nací, ni  bien me sacaron del vientre de mi madre, desde esa época me considero  nudista".
Debajo del quincho, descansan Ana (30) y Cristian (36), la  pareja más joven. Sus ojos son lo único que ocultan detrás de unos lentes  oscuros. Ana afirma: "Empezamos en una playa textil (allí donde la gente usa  trajes de baños), y luego por Internet contactamos esta comunidad y nos  encanta". Cristian, dice: "No tengo celos de que otro hombre mire a mi mujer. Es  más, quiero que se cuide y que esté en forma".
Por:  Lucas Cruzado  
Fuente: CORDOBA. CORRESPONSALIA
Nudismo en Córdoba, una práctica que gana adeptos
Etiquetas:
Naturistas
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)