El plástico ahoga la vida oceánica

En enero los investigadores marinos Charles Moore y Marcus Eriksen inspeccionaron las oscuras aguas del océano Pacífico a bordo de un catamarán, a unos 1,126 kilómetros al norte de Hawai, y encontraron basura por todos lados.

Estaban en el ojo de la espiral subtropical del Pacífico Norte, en donde las corrientes oceánicas se encuentran y forman una vorágine más grande que Australia, atrapando toneladas de basura flotante en su flujo circular.

La basura acumulada allí solía descomponerse. Ahora, con los 182,000 millones de kilos de plástico que se producen al año, según la consultoría de Houston Chemical Markets Associates Inc., algunas áreas de la vorágine se han convertido en una sopa de residuos no digestibles que se quiebran en diminutos pedazos como el plancton y que los animales pueden confundir por comida, lo que pone en peligro a millones de peces y aves.

''A donde sea que uno va, encontramos plástico'', dijo Moore, de 60 años. ``El océano es ahora una enorme sopa de plástico, y no sabemos los efectos que eso está teniendo''.

En todo el mundo la basura en el mar causa la muerte de más de un millón de aves y 100,000 mamíferos por año, según la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). Los materiales, que contienen sustancias químicas, se han encontrado en los estómagos de peces y aves muertos.

''Sabemos que estos desperdicios plásticos pueden contener elevados niveles de toxinas que recogen mientras flotan'', dijo Eriksen, de 40 años, oceanógrafo que trabaja con Moore en la organización sin fines de lucro Algalita Marine Research Foundation, de Long Beach, California. ``El próximo paso es ver si se bioacumula a lo largo de la cadena alimenticia hasta llegar a nuestras mesas''.

No hay campañas de limpieza en marcha, según la NOAA y los investigadores. Moore y Eriksen dijeron que una campaña así no sería factible por la distancia desde tierra. La agencia oceanográfica se ha centrado en retirar de las aguas los aperos de pesca abandonados que hacen peligrar mamíferos y corales. La industria del plástico está financiando campañas de reducción de la basura.

La vorágine no es una pila de basura flotante visible desde el aire, dijo Moore. En su lugar, miles de millones de partículas de plástico flotan sobre la superficie del agua junto con pedazos ocasionales más grandes como aperos de pesca, madera, botellas, cepillos de dientes y encendedores. Las muestras han dado hasta un millón de partículas de plástico, cada una de uno a dos milímetros, por kilómetro cuadrado de agua en el área, dice Moore.

La vorágine cubre unos 25 millones de kilómetros cuadrados al norte de la línea del ecuador, y se mueve en el sentido de las manecillas del reloj desde unos 480 kilómetros de la costa de California hasta cerca de Japón. Es resultado de los vientos que se mueven de Oeste a Este en el lado norte, y en la dirección opuesta hacia el sur.

Cerca del 80 por ciento de la basura que hay en el océano es arrastrada desde tierra por el viento, los ríos y el drenaje, según la Organización de las Naciones Unidas. Las botellas de agua que tiran en Tokio o los juguetes de playa que tiran en San Diego, California, acaban en las vorágines tras romperse en pedazos más pequeños en el camino.

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