Las costas de Oia y de Nigrán reciben en tres días tres cetáceos muertos

Los mamíferos, una ballena y dos calderones, perecieron al quedar atrapados en redes de pesca


Los cadáveres de tres grandes mamíferos marinos han varado durante los últimos días en las costas de Oia y de Nigrán, a menos de dos millas de distancia entre sí, generando un verdadero problema a los ayuntamientos.

El último fue un calderón común que apareció a primera hora de la mañana de ayer sobre las rocas de Mougás, a la altura del cámping de Oia.

Operarios municipales de este Ayuntamiento envolvieron el animal en unas redes y lo ataron con un cabo metálico para después izarlo desde un tractor ubicado en lo alto de un pequeño acantilado.

Los encargados del rescate, que se llevó a cabo en las horas del mediodía, tuvieron que emplear mascarillas para protegerse del olor nauseabundo que despedía el cetáceo debido a su avanzado estado de descomposición por haber estado, probablemente, flotando a la deriva desde hace varios días. Dejaron el animal tendido junto a un camino cerca del aparcamiento del cámping a la espera de que técnicos de la Xunta se hicieran cargo de recogerlo para su posterior incineración en una empresa autorizada.

Ballena de ocho metros

El cetáceo de mayores dimensiones que llegó a las costas estos días fue la ballena de más de ocho metros de longitud y unas 12 toneladas de peso que el pasado sábado arribó moribunda a la costa de Oia y que la marea acabó depositando sobre las rocas de Viladesuso.

El alcalde, Leandro Rodríguez, acabó ayer tirando la toalla después de analizar las pocas posibilidades que existen para retirar este mamífero y darse cuenta de que el ayuntamiento carece de medios para llevarlas a cabo. El cadáver comenzaba ayer a desprender un mal olor perceptible a decenas de metros y la preocupación se extendió entre los vecinos de una urbanización cercana. Salvamento Marítimo intentará esta tarde remolcar el animal hasta el puerto de Oia.

Desde el pasado viernes se encuentra en una cala de Monteferro, en el término municipal de Nigrán, el cuerpo sin vida de otro calderón común que está en avanzado estado de putrefacción; las autoridades locales también han intentado retirarlo, sin éxito.

Los tres ejemplares fueron examinados por especialistas de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), que encontraron en los animales indicios de haber sido víctimas de la captura accidental durante las faenas pesqueras, como restos de redes o síntomas de asfixia. Un total de 167 ejemplares han varado en las costas de Galicia en lo que va de año y la cifra continuará aumentando durante los próximos meses. El año pasado, el número de varamientos registrados en en la comunidad fue de 260, según los datos aportados por el Cemma. La mitad de ellos eran delfines comunes, pero abunda el número de ejemplares aislados de otras especies protegidas, como rorcuales, focas, tortugas, cachalotes

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