SEO/BirdLife pide aplicar el principio de precaución por el impacto en las aves

SEVILLA. Aplicar el principio de precaución para evitar la ubicación de los parques eólicos en zonas sensibles que pudieran afectar al paso de las aves es la principal línea argumental del Documento de Posición sobre Parques Eólicos y Aves elaborado por el grupo ecologista SEO/BirdLife. Tal recomendación no ha sido precisamente seguida por los promotores del parque eólico marino del espigón de Huelva, situado en el corredor ecológico de las especies migratorias de Doñana y de otro espacio protegido que prácticamente linda con los aerogeneradores, las Marismas del Odiel.
Doñana y Marismas del Odiel, espacios naturales Reservas de la Biosfera, son además Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). dos de las máximas figuras de protección ambiental.
En el mencionado Documento de Posición sobre Parques Eólicos y Aves, SEO (Sociedad Española de Ornitología) no duda en destacar las ventajas de la energía eólica, punto en el además coinciden todas las organizaciones conservacionistas. Sin embargo, estos colectivos rompen la unidad de criterio cuando presumen que los molinos de viento pueden tener, por su ubicación, un impacto negativo en el entorno medioambiental.
Según SEO, las referencias bibliográficas indican que los principales efectos negativos de los parques eólicos sobre las aves son:
Colisiones con las aspas en movimiento, con las torres o con las infraestructuras asociadas, como las líneas eléctricas de evacuación.
Molestias de los aerogeneradores, lo que hace que las aves los eviten, «e incluso pueden provocar que eludan toda la zona ocupada por el parque eólico. Y si las aves son desplazadas de sus hábitats preferentes por esta causa y son incapaces de encontrar lugares alternativos, puede disminuir su éxito reproductor y su supervivencia».
Efecto barrera en la movilidad de las aves, «ya que fragmentan la conexión entre las áreas de alimentación, invernada, cría y muda».
Y destrucción de hábitat, por cuanto la instalación de aerogeneradores e infraestructuras asociadas, como las líneas eléctricas de evacuación y los caminos de acceso, comporta transformación o pérdida de hábitat».
Impactos adversos
En opinión de SEO, «los parques eólicos deben estar situados, diseñados y gestionados de tal forma que eviten causar impactos adversos sobre las aves prioritarias y amenazadas y sobre sus hábitats», por lo que debe aplicarse el «principio de precaución» y evitar la ubicación en determinados lugares.
Estos serían las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA); los espacios declarados o propuestos de la Red Natura 2000 y Espacios Naturales Protegidos (Parques Nacionales, Parques Naturales y Reservas de la Biosfera); lugares situados a lo largo de las principales rutas y pasos migratorios, donde se concentran un gran número de aves, y hábitats en los que se conoce que la instalación de un parque eólico conlleva un alto riesgo de colisión

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