Equipo hispano-cubano descubre 40 especies nuevas moluscos marinos en Cuba

Un equipo hispano-cubano de investigadores ha descrito en Cuba 40 especies de moluscos marinos nuevas para la ciencia, entre ellas una babosa marina ciega, y ha hallado además caracoles especialmente extraños, propios de aguas más profundas, refugiados en cuevas submarinas.

El proyecto de investigación se realiza en la península de Guanahacabibes, en el extremo occidental de Cuba, donde se han inventariado 753 especies de moluscos, casi la mitad de las que se conocen en todo el archipiélago cubano, explican en una entrevista a Efe los biólogos Jesús Ortea y Leopoldo Moro.

Este dato supone que en este pequeño enclave, cuyo litoral es apenas un 1 por ciento del total de las costas de Cuba, puede estar representada el 50 por ciento de la diversidad marina del archipiélago.

El equipo está formado por los investigadores José Espinosa, del Instituto de Oceanología de La Habana; Jesús Ortea, de la Universidad de Oviedo; Manuel Caballer, de la Universidad de Cantabria, y Leopoldo Moro, biólogo del Gobierno de Canarias.

El proyecto está financiado por la Agencia Canadiense para el Desarrollo, a través de la Embajada de Canadá en Cuba, y la Oficina para el Desarrollo Integral de Guanahacabibes.

El objetivo es inventariar la biodiversidad marina de esta península y establecer la línea base ambiental de esa Reserva de la Biosfera y Parque Nacional, para así estimar su diversidad total y aportar argumentos que justifiquen su conservación como 'punto caliente' de la diversidad marina del Caribe, así como para una gestión sostenible de la misma.

'Es un sitio muy rico porque están representados todos los ecosistemas marinos tropicales, desde manglares con fondos fangosos en el norte hasta pequeñas plataformas con grandes acantilados submarinos que caen a 600 metros de profundidad, y arrecifes perfectamente conservados', explica Leopoldo Moro.

Se trata de un enclave natural virgen, rico en cuevas y cañones submarinos, en cuyas paredes, de entre 15 y 40 metros de profundidad, se han recolectado la mayor parte de las nuevas especies descubiertas.

Este hecho y la particular circulación de las corrientes en la península, que alternan su sentido a lo largo del año, unas veces hacia el norte y otras hacia el sur, hacen de Guanahacabibes un centro emisor de larvas hacia zonas que puedan verse afectadas por accidentes o catástrofes naturales, lo que facilita la recolonización y recuperación de su biodiversidad.

Los biólogos detallan que la zona se ha visto afectada varias veces por ciclones muy fuertes, uno de ellos el 'Iván', que arrasó la península y provocó afectaciones en todos los ecosistemas, incluyendo la fragmentación de corales.

Sin embargo, y como resultado adicional del proyecto, se ha constatado la asombrosa capacidad de recuperación de la naturaleza, apenas dos años después de la catástrofe.

En la profundidad de las grietas y canales submarinos de la península los investigadores han hallado muchos 'micromoluscos' -desde los dos centímetros hasta apenas un milímetro- no conocidos anteriormente, algunos de los cuales continúan en proceso de descripción.

Los científicos han hallado ejemplares propios de otras zonas del Caribe que aún no habían sido citados en Cuba, y otros desconocidos, propios de aguas más profundas, que encuentran en el interior de las cuevas submarinas el hábitat adecuado para ampliar su distribución hacia la superficie y que son animales de nueva descripción.

Han aparecido moluscos muy interesantes cuyos juveniles nacen directamente del huevo sin pasar por un periodo de vida planctónica, lo que los convierte en especies endémicas locales, algo que aporta un valor añadido al Parque Nacional de Guanahacabibes.

Los biólogos, que realizan al menos dos campañas al año en la zona desde 2005, han centrado su interés en el estudio de los moluscos porque es son un grupo focal muy diverso que ocupa todos los posibles nichos ecológicos y están 'especializados en casi todo: excavadores, predadores, filtradores, carnívoros selectivos o herbívoros muy especializados'.

Entre la producción científica que ha generado este proyecto, además de los artículos donde se describen las 40 especies nuevas, dos géneros y una familia, se encuentran varias guías visuales y catálogos de la fauna marina de Guanahacabibes y una exposición fotográfica divulgativa que recorre Cuba, y que fue premio nacional de educación ambiental.

También se ha recolectado material adicional para que otros expertos puedan realizar estudios paralelos, como es el caso de las anémonas y los crustáceos.

El proyecto de investigación se prolongará hasta finales de 2009 y los investigadores calculan que el inventario final podrá superar las 900 especies de moluscos, con unas 60 (el 7 por ciento) nuevas para la ciencia, algo especialmente relevante en un momento en el que la crisis de la biodiversidad y la extinción de especies, a causa del cambio climático, adquiere especial relevancia.

Terra.es

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