El avistamiento de tiburones se disparó en Catalunya en el 2007



Un total de 20 tiburones y rayas, muy por encima de la media habitual de tres o cuatro, fueron avistados o acabaron varados en el litoral de Catalunya a lo largo del año pasado, según el recuento presentado ayer por la fundación CRAM, que es la organización responsable de asistir a los animales marinos que llegan a la costa. La fundación, con sede en Premià de Mar (Maresme), muestra su sorpresa, pero sugiere que todo fue fruto de la casualidad porque no se detectó en el 2007 ningún cambio en el medio marino que justifique una cantidad tan elevada: ni hubo una mayor temperatura del agua que en años anteriores, ni tampoco más clorofila, ni una variación en la abundancia del fitoplancton. Salvo la tristeza de ver morir a unos cuantos ejemplares, como el tiburón gris detectado en Tarragona en agosto y convertido en estrella mediática, no hubo que lamentar ningún problema asociado a los animales.El CRAM, siglas de Conservación y Recuperación de Animales Marinos, destaca en su estudio la presencia de tres especies muy raras de elasmobranquios --que es el grupo de peces que engloba tanto a tiburones como a rayas--, aunque en ningún caso puede hablarse de una novedad absoluta en el mar Mediterráneo. Se trata además de especies que suelen realizar grandes migraciones en busca de alimento o en el periodo de reproducción.DE AGUAS MÁS CÁLIDASEl caso más llamativo fue justamente el avistamiento de dos imponentes tiburones grises (Carcharhinus plumbeus), una especie pelágica que en el Mediterráneo es típica de las aguas más cálidas (entre 23° y 27°), desde Marruecos y Sicilia hasta Turquía y Libia. Hasta ahora, en el Mediterráneo español solo existía constancia bibliográfica de tres ejemplares, uno en Baleares en fecha desconocida y otros dos en Tarragona en el año 1910. "Esto nos sugiere que su presencia en nuestra zona es puramente ocasional y anecdótica", dice el CRAM. Se vio asimismo un tiburón martillo (Sphyrna zygaena), también poco frecuente, puesto que se trata del quinto registrado en la literatura científica del último siglo en la costa catalana. La tercera especie avistada de forma sorprendente, y además en cuatro ocasiones, fue la manta raya (Mobula mobular), de la que todavía no había ningún registro fidedigno en Catalunya, aunque sí se puede observar en otras áreas del Mediterráneo. Pese a su aspecto intimidador, la manta raya es un animal que se alimenta filtrando plancton.RESTANTES ESPECIESEl recuento de elasmobranquios del 2007 elaborado por el CRAM incluye también cuatro tiburones peregrinos --el pez de mayor tamaño de todo el Mediterráneo, pudiendo llegar a los 12 metros de longitud--, así como cañabotas, tembladeras --un tipo de raya que suele ser presa habitual de las redes pesqueras--, pastinacas --un caso similar, pero sin aprovechamiento comercial-- y tintoreras. La fundación precisa que, aunque "la aparición de algunas especies se puede considerar rara o excepcional", todas ellas viven "normalmente en el Mediterráneo".Frente a los 20 ejemplares del 2007 --más cuatro avistamientos no confirmados--, en los cuatro años anteriores se habían detectado dos en el 2006, dos en el 2005, cinco en el 2004 y tres en el 2003. Los meses en los que se detectan más son lógicamente julio, agosto y septiembre, coincidiendo con la temporada de baño, y abril. La hipótesis de un desplazamiento generalizado de las especies desde zonas más tropicales hacia los polos como consecuencia del calentamiento global "ha sido probada en el Atlántico nororiental después de más de 30 años de muestreo", concluye el informe de la fundación, pero esto no puede ser exportable a una serie tan corta y tan limitada geográficamente.

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